Monday, June 02, 2008

...ponerme amargo


Amigos míos, les cuento que en unos días más cumplo mis 33 inviernos fríos y lluviosos que, como en pocos casos, puedo decir que si, han sido fríos y lluviosos porque yo nací justo al medio del invierno. No podía ser antes ni después, al medio, en el segundo tercio del mes de junio, cuando estás más lejos del verano, el sol, las poleritas y el calor que la cresta.

(suena "the pretender" de los foo fighters)

33 como en "diga treintaytres" que dicen los médicos mientras auscultan tu espalda a ver si es tuberculosis o algo medianamente entretenido lo que te afecta o si sólo se trata de una vil gripe que, de no exponerte al frío o a la lluvia, todos sabemos que dura lo que dura y listo, se va.

33 como los del barbón ese del mito católico, el que despertaba a los muertos, ese que vino porque Dios quería saber cómo era morirse y no pudo elejir un copuchento mejor, ese que multiplicaba el vino, poder que guardó celosamente hasta sus últimos días y no le contó a nadie cómo hacerlo, que seríamos todos un poco más felices... bueno, también multiplicó el pan y los pescados con lo que, sumado, podríamos haber acabado con el hambre y la sobriedad de un mundo de mierda que se preocupa más de parecer cualquier cosa que de estar bien.

33 como dos números 3, simbolos de la trinidad (vuelta a por los católicos) y, en particular, del Espíritu Santo, ese que embarazó a María y la dejó virgen... ¿Acaso soy el único que cree que el arcángel ese debe haber tenido una tula rechica o que era mentira? En fin, así dicen que fué no más, todo por el 3.

Y si seguimos con los números, es el producto de 3 por 11, lo que genera puros números "perfectos". El uno es el número de la unidad, de la cosa entera, del único trozo de cuero que uno tiene que andar mordiendo para no mandarlos a todos a la cresta.

33 que contiene al nueve en el producto de sus números, que es el número del fin de un ciclo, es el que va antes de empezar de nuevo, el que va antes del cero, el que se supone pone todo lo bueno por venir.

Yo me pregunto: ¿Y a mi que chucha me importa si me siento viejo y no he hecho nada en esos otros 32 putos años?

Sunday, May 11, 2008

...festejar el día de la madre


Hoy, mientras hacía de las mías en el baño, tomé de la silla uno de esos diarios que te permiten suscripción sólo por el fin de semana y, como no, estaba dedicado a las madres que todos nosotros tenemos. Bonito, como tiene que ser, con harta foto de embarazada, con hartos perfiles inútiles y porquerías de cremas y cuestiones. La cosa empieza cuando llego a una página que sindica que las dueñas de casa tienen un costo comercial, contando las prestaciones que realizan día a día, de 2 millones de pesos.

¡¡¡2.000.000 pesos!!!! ¿Pueden creerlo? Claro, enumeran psicóloga, cocinera, babysitter, profesora particular, chofer, nutricionista, paseadora de mascotas, auxiliar de enfermería, lavaplatos, terapeuta familiar, administrador, chef, bañod e perro, cargas de ropa, planchado, aseadora y asesora de imágen... ¿Analicemos y concluimos luego?

Psicóloga: claro, como no son nuestras madres las responsables de la mayoría de los traumas que tenemos que superar en la adolescencia, eso sin contar que la mayoría de las "Mamás dueñas de casa" se la pasan más tiempo tomando té con sus amigas o con su "estilista" que conversando u observando a sus hijos y que, por lo general, no tienen la mas mínima idea de lo que le pasa al marido (si todavía la aguanta) salvo si él decide ser tan evidente como para contárselo. Creo que sería mejor contratar un psicólogo para que le pregunte por qué diablos decidió transformarse en una máquina de tener hijos y no un engranaje que aporte a la sociedad capitalista de la que tanto disfruta.

Cocinera: ¿De verdad quieren que creamos que cocinan? ¡¡Si la mayoría tiene nana!! Y las que no la tienen, hacen unas recetas aburridas, responsables de que los niños quieran más ir a comer a un local de comida rápida, grasienta e insalubre. Ok, voy a dejar pasar este punto porque hay un porcentaje (que probablemente no supera el 2%) que sí cocina todos los días. Y que cocina bien.

Babysitter: Es como lo primero que te dicen: "decidí quedarme en casa para cuidar a los niños y ver cómo crecen". Entonces, estimadas dueñas de casa, no es algo que motive ni renta ni agradecimientos. Es su desición y tiene que ver con un deseo profundo. Para ellas, imagino, es como ir al baño para nosotros: una necesidad más que una imposición.

Profesora particular: Esta si que es la media chiva. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que hoy el ritmo de incremento del conocimiento duplica el volúmen de este cada 4 años, invalidando un montón de cosas que antes se suponía ciertas. ¿Cómo quieren que creamos que estas mujeres que llevan más de 5 años fuera le pueden enseñar a los niños? ¡ah! claro, están los niños de 1º básico, que tienen que aprender a leer, pero ellas quieren que vivan sus etapas, entonces que sea el colegio el que les enseñe y no ellas, que podrían adelantarse y hacerlos perder su niñez. No, no es por flojera.

Chofer: Mientras van camino a lo de sus amigas, al gimnasio o al peluquero a que les quiten las canas. Seguro, gran mérito. Y de veras que son ellas las que van a esperar a los hijos en la salida de sus fiestas y no una tropa de taxistas. Ok. Fuera.

Nutricionista: Y lo están haciendo regio a juzgar por la tasa de obesidad y anorexia que hoy lucen nuestros adolescentes. R E G I O.

Paseadora de mascotas: Eso suponiendo que hay una mascota y que no es de ella. No cuentan los gatos, los perros tamaño joyero y, obviamente los canarios. Además, no son ellas las que sacan a pasear "las mascotas" (aka perros), sino los machitos, cuando llegan del trabajo o las nanas.

Auxiliar de enfermería: WOW!!! esto sí impresiona. Ahora resulta que con poner la mano en la frente o un parche curita es auxiliar de enfermería. Por lo demás, recetan ellas mismas los antibióticos para sus hijos y los de sus amigas, lo que nos ha dejado con un pequeñçisimo grupo de bacterias del carajo, dispuestas a comernos a pedazos sin nada que as detenga. Sin comentarios. No, no resiste análisis.

Lavaplatos: ¿Qué es esto? ¿No estaba cubierto en "cocinera" o "Chef"? ¿No lo hacen también los hijos mayores? ¿Se paga por esto? ¿No será mejor un lavavajilla?

Terapeuta familiar: Y lo hacen tan bien como de psicólogas.

Administrador: Claro que le administran el sueldo al marido, porque ellas no ganan nada. Y lo administran mal, porque siempre falta a fin de mes y tienen que andar "estirando el billete" para llegar. JA!

Chef: Estupendos y sabrosos platos de comida, servidos con elegancia y presentados de formas atractivas. Si lo he visto alguna vez en casa de alguien, les cuento otro día, porque no lo recuerdo.

Baño de perro: Esto es de un carerajismo sin límite. El que lava al perro es el papá con los hijos, mientras la mamá ve la novela o lava los platos. Es mentira no más. Sin más comentarios.

Cargas de ropa: Claro, porque la lavadora no hace nada, es ella la que la hace girar con una manivela que funciona por puro poder mental. Ya.

Planchado: Esta si que la entrego. No hay cómo los hombres aprendamos a planchar bien, por más que lo intentemos. Es mentira que la gente se despierta temprano para planchar las camisas antes de ir a trabajar.

Aseadora: Ya, levante su trasero gordo de teleseries y vaya por la aspiradora y trate que quede bien, ¿Ya? ¿Han escuchado eso?

Asesora de imágen: Al menos en Chile, por eso debe ser que nos vestimos tan re bien. SI no me cree ¡¡Pregúntele a Atilio Andreoli!!

Claro, en el diario se les olvidó un oficio y es que a ellas también: puta. Claro, porque ellas deben ser las putas de sus hombres y, en el encierro del dormitorio unas diosas de la pelea. AH! De veras!! a la mayoría de ellas eso se les olvida también. Y se ponen frígidas. Y sólo aceptan los avances del marido para tener otra guagua. Capaz que por eso hay tanta infidelidad por ahí. Vaya a saber uno.

Es verdad, uno quiere a su mamá, con sus defectos y sus virtudes, reconociéndolas o no, porque son nuestras mamás y punto. Por eso las queremos, aunque hagan leseras más seguido de lo que les gusta admitirlo y, francamente, a nosotros tampoco nos gusta admitirlo.

Quiero a mi mamá. Claro que ella no se arojó nunca el derecho de no trabajar ni se lo refregó en la cara a mi papá... ni a nosotros, sus hijos.

Señoras, déjense de estar molestando. Sosiéguense y preocúpense de lo que corresponde y no de cuánto vale la pega que hacen, que van a tener que empezar a indemnizar a mucha gente por servicio mal entregado.

¿No me cree? Pregúntele a Sernac.

Wednesday, January 02, 2008

...homenajear a Julio Martinez

Porque simplemente ha muerto uno de los grandes.

Porque más allá de las tendencias de colores, tipos, o razas, se ha ido la metáfora de nuestro modesto deporte rey.

Porque desde mi humilde pupitre debo decir que, al marchar, deja un espacio sin llenar.

Porque simplemente se lo merece, este es mi homenaje al hombre que lleno de balonpié las secciones deportivas de nuestras noches de sábado durante muchos años.

Adios, Jotaeme.

(siete)