Es difícil la cosa. Es como elegir pareja, donde uno ve una superficie y selecciona, se la juega, pero al rato (a veces después de harto rato) aparece lo de a deveritas y es entonces, y sólo entonces, que uno opta seriamente y dice “Ok, aquí me quedo”. No es ese mi caso hasta ahora. He pasado por toda la lista de arriba pero, hasta ahora, no aparece una persona en la que pueda confiar cien por ciento y con la que las cosas resulten (de hecho, ha pasado más lo primero que lo segundo), de modo que hoy simplemente no tengo socio.
Claro, estoy embarcado en un proyecto, en un modelo de negocios más bien, pero ya ni siquiera me quedan muchas ganas de darle, como que me siento cansado. Si se que después de leer eso cualquiera piensa “¡¡pero si este hu**n es joven, cómo se va a cansar!!”, pero la cosa cansa. Cansa ir jugándosela completa hace tanto rato y que no resulte nada. Cansa ver cómo se ha equivocado uno una y otra y otra vez. Cansa ver a los “socios” irse sin hacer su parte de la pega. Cansa que eso siempre trasunte el resto de la vida.
Cansa la cosa.
Y ya me puse latero, así que me voy a cocinar mejor.
Ojalá mañana despierte de buenas.
2 comments:
Los humanos somos impredecibles. Por lo tanto siempre hay un riesgo de fracaso. Una pregunta ¿Ya intentaste meter a Dios como socio?. Disimuladamente puedes hacerlo leyendo, por ejemplo, un capítulo de la Biblia cada día. (son cortos, no duras más de tres minutos leyendo un capítulo. Son 31 capítulos, es decir que puedes dedicar 3 minutos durante 31 días). No te vas a volver loco ni fanático y sí vas a aprender mucho!. slds
pfffffffffffff.... lee el resto de las entradas y te darás cuenta que el viejito pascuero se murió por manejar el trineo hablando por celular, cuando usaba un nokia negro.
Gracias, pero no.
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